El verano más raro de tu vida

El verano más raro de tu vida
Autor: Aletea Psicología Categoría: Aletea Psicología 3 August 2020

Estamos en agosto, el mes por excelencia de las vacaciones, del descanso, del reencuentro y el disfrute… pero este año es diferente.

Hay personas confinadas y/o pendientes de una PCR, haciendo una cuarentena voluntaria para visitar a familiares de riesgo con tranquilidad, o buscando destinos de soledad en vez de ambiente festivo… Hace calor, eso sí, y sus consecuencias tampoco ayudan a la gestión emocional de todo esto.

Esta situación tan extraña que nos ha tocado vivir la ha provocado una crisis sanitaria y su consecuente crisis económica, pero la más dura es la crisis social y emocional que nos genera.

Hemos vivido un confinamiento de tres meses. Encerrad@s, con libertad restringida, con miedo e incertidumbre. Por nosotr@s y por l@s nuestr@s. Hemos buscado el encuentro colectivo en la soledad de nuestras ventanas, pero a veces parece que fue solo un espejismo… De repente un día volvimos a nuestras vidas, pero ya no eran las mismas, ya no somos l@s mism@s.

Y lo más difícil es no saber si lo volverán a ser, si lo volveremos a ser… porque no sabemos si esto es un paréntesis para retomar la vida AC (Antes del Coronavirus), o una transición hacia una nueva forma de ser y de estar, que ha venido para quedarse.

La incertidumbre es uno de los elementos de más difícil manejo para la mente humana, y ahora vivimos sumidos en una, cuya duración es también otra.

Y así envueltos en este bucle sin fin nos hayamos tod@s, intentando manejar nuestro día a día como podemos. Con un interruptor de alerta encendido de forma permanente, cuyo mensaje es : “Para, evita el contacto, no te acerques, ponle freno a ese deseo, a esa necesidad de conexión, que otras veces te había servido de vía de escape para aliviar toda esa tensión que acumulas…”

Y es un mensaje muy duro y contradictorio. Difícil de sostener. Pero hemos de hacerlo porque es lo que toca ahora. Y si no lo haces puedes sentirte culpable o estigmatizad@ por ponerte y poner en riesgo.

Así que claro, es un verano raro. Tenemos una especie de manto invisible y pegajoso que nos limita e impide movernos con libertad. De ahí las noches de insomnio que pasamos y pasaremos, las crisis de ansiedad abriéndose hueco en nuestros organismos, buscando algún escape a tanta presión… los trastornos gastrointestinales o autoinmunes, los ictus y cardiopatías… El deterioro de las relaciones de pareja, el empeoramiento del clima familiar y las dificultades en la crianza…

Son sólo algunas de las evidencias que nos estamos encontrando en el entorno de Aletea en estas semanas, y todas ellas responden a una manera natural de nuestro cerebro y nuestro cuerpo de intentar adaptarse a una realidad que aún no hemos podido integrar ni digerir.

Pero no todo es oscuridad y confusión en estos días de niebla bajo el sol abrasador.

Hay algunas cosas que podemos hacer para sostenernos mejor a pesar de la realidad incierta. Os dejamos por ello 5 claves que consideramos fundamentales seguir teniendo en cuenta en tiempos del Coronavirus.

1. Lo mas importante es poder observarnos y mirar lo que nos ocurre con ACEPTACIÓN. Es quizá los más difícil, pero si lo logras, tendrás mucho camino avanzado. Obsérvate en vez de juzgarte. Toma conciencia de que estás más cansad@, irascible, ansios@, con miedos… o lo que sea que sientas, y conecta con la idea de que es una respuesta normal y ajustada a la situación que vives.

2. Marca tus criterios de seguridad respecto al virus, aquellos con los que te sientas cómod@ para poder vivir de forma funcional y respetuosa, e intenta seguirlos para sentir que mantienes cierta coherencia interna (medidas como la limpieza en el hogar, la frecuencia de lavado de manos, el tipo de salidas al exterior etc.) Una de las cosas que más desconcierto ha generado y genera, es la novedad de la situación y cómo la comunidad científica va aprendiendo sobre la marcha. Esto hace que se vayan cambiando los criterios y tener unos protocolos de seguridad al 100% sea prácticamente imposible. Por ello, es importante aceptar que hay una parte de riesgo de contagio que todos tenemos que asumir, y que en función de las medidas que estemos dispuestos a tomar, puede incrementar o disminuir.

Ya sabemos lo que debemos hacer, pero la realidad es que en la práctica hay muchos momentos en que no lo cumplimos, y es que llevarlo a rajatabla puede generar tanta ansiedad y alerta, que muchas personas se relajan y descuidan, o bien prefieren no exponerse y se quedan en casa. Pero hay maneras de equilibrarlo.

Desde Aletea creemos en el beneficio que nos da poder tener ese contacto social tan necesario y reparador, de forma segura y responsable. Para ello puede ayudar limitar los planes a espacios al aire libre, elegir grupos estables o distanciar los encuentros con distintos grupos. Nos gusta especialmente la figura del líder en las reuniones de amigos o familiares. Se trata de designar a una persona en cada encuentro que esté pendiente de que respetemos la distancia o limpiemos las manos tras tocar quitar la mascarilla por ejemplo. Es un papel que al ser rotatorio, libera al resto del estado de alerta constante, y facilita el cumplimiento de la norma cuando es otro el que nos la recuerda, y nos hemos comprometido con el grupo a cumplir. Os animaos a que lo probéis.

3. Intenta introducir momentos y rutinas de bienestar en tu día a día. No hablamos de una alimentación equilibrada, deporte 4 veces a la semana y hábitos saludables, que también, sino de emplear atención y energía en el día a pequeñas actividades y acciones que sean agradables para ti. Tu cerebro necesita conexiones neuronales placenteras para mantenerse sano.

4. Comparte tus emociones y estados. No te aísles. Busca la forma de sentirte cómodo en la interacciones, pero no prescindas del apoyo mutuo, la sensación de comunidad puede ser un gran amortiguador emocional de toda esta situación tan rara y solitaria que aún nos impregna.

5. Busca un apoyo profesional. A veces, sólo para tener unas pautas más claras y personalizadas de cómo afrontar la situación, otras para abordar todo aquello que el confinamiento ha sacado de debajo de la alfombra pendiente de resolver, o también para iniciar ese proceso de autoconocimiento que tantas veces has pensado en abordar.

Sea como sea, recuerda que no estás sol@, que es normal que te sientas así, y que compartiendo y apoyándote en las fuentes adecuadas puedes salir de todo esto reforzad@, o al menos san@.

Aletecontigo.

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